miércoles, 11 de noviembre de 2015

Y sin embargo

Tengo que admitir que aún hoy, hoy que ya hace casi un año desde la última vez que hablamos, de vez en cuando me sorprendo recordando tus caras o tus sonrisas. Confieso que me da rabia, pero lo hago involuntariamente. Pensar que creí que nunca podría pasar tanto tiempo lejos tuyo. Y, ¡mírame ahora! Puedo decir con toda sinceridad que estoy viviendo la mejor etapa de mi vida. 
He progresado mucho en mis estudios, llevo casi 4 años de cursada universitaria. Estoy trabajando en investigación, hice varios viajes de estudio, conocí gente importantísima del entorno historiador. Me apasiona lo que hago. Tengo salud. Tengo amigos que me quieren tanto como yo los quiero a ellos. Tengo una ahijada hermosa, que crece día a día y que el 29 de Diciembre cumple su primer añito. Tengo a alguien que me quiere. No le puedo pedir más a la vida.
Pero de vez en cuando, mi cabeza vuela y llega tu imagen, tu voz. El tiempo hizo lo suyo y me acostumbré a que no estés. En algún punto estoy feliz de que ya no estés. Y sin embargo, a veces te extraño.