Nunca creí
que diría esto sobre una persona que quise,-que amé-, pero ahí va:
Estoy
agradecida de que se haya ido. Estoy agradecida de que haya decidido no volver.
Es casi
contradictorio. Si hubiese sido por mí tal vez hoy seguiríamos juntos, tal vez
hoy no tendría la necesidad de estar escribiendo esto. Pero la realidad a veces
supera cualquier deseo y aquí estoy, en un lugar donde jamás hubiese imaginado
estar. Y me alegra que así sea. Me alegra poder estar aquí, sin él. A veces la
vida nos tiene preparado circunstancias que no entendemos, que no nos gustan,
que hacen tambalear todas nuestras estructuras. Pero tranquilos, nada es
casualidad, nada pasa porque sí. No luchen contra algo que no depende de su
voluntad, no se engañen sin necesidad. Cuando la vida te dice no, es porque
algo mejor te espera en otro lugar.
Entendí que
decir que una persona fue “lo mejor que me pasó en la vida” es autolimitarme.
Es pensar que jamás encontraré algo que me llene, y las cosas no funcionan así.
Soy joven, muy joven. Todavía no he vivido los suficientes años como para poder
poner en la balanza todo lo bueno y lo malo que me haya pasado. Me queda mucho
por pasar, por sufrir, por llorar. Y eso me llena de alegría.
Porque
todavía tengo mil posibilidades, mil historias por vivir. No necesito
compararlas, no necesito que sean iguales. Necesito experiencias nuevas. Uno
nunca debería volver intentar repetir algo que ya vivió, es un desgaste
energético sin ganancias. No se obtiene más que recuerdos truncos, modificados
por elección, que jamás van a sentirse como la primera vez.
Hoy soy una
persona totalmente distinta. Y mañana tampoco seré la misma. Soy versátil,
volátil, cambiante, inestable. Y eso es lo mejor que tengo. Puedo ser mil cosas
a la vez, puedo experimentar mil emociones, mutar todo el tiempo. Aprendí a
crecer sola cuando no me quedó otra alternativa. Como le pasa a todos. Aprendí
que no existe un alma salvadora, que uno mismo es su propio super héroe, que no
depende del apoyo ajeno aunque es lindo saber que cuenta con alguien. Las
etapas más difíciles de superar se asumen a partir de voluntad propia. Si la
decisión no es tuya, el pozo se hace cada vez más profundo y oscuro. Es
difícil, da mucho miedo. Da la impresión de que las cosas malas van a durar
toda una eternidad. Y de repente te das cuenta que no es así, que un día todo
deja de ser tan malo. Que de a poco uno
va saliendo adelante, porque nunca se dejó vencer.
He
aprendido muchísimas cosas en este tiempo. He descubierto mi felicidad interna.
Creo que nadie es capaz de robarme el amor que hoy siento por mi, por cada una
de mis cicatrices. Soy todo lo que quiero ser, y si hay algo que no me complace
depende de mí modificarlo. Tenemos más poder del que creemos. A veces nos
subestimamos mucho, demasiado diría yo. Si todos fuésemos capaces de mirarnos
al espejo con un poco más de cariño y orgullo, porque una dosis de orgullo por
quién sos es lo más sano de este mundo, todo sería mejor. Y todo siempre puede
ser mejor, que no te quepa la menor duda.