domingo, 26 de julio de 2015

Respeto

"La base  de una relación es el respeto. Hay quienes dicen que la base es el amor. Sí, es cierto. Pero al amor hay que ayudarlo.
Respeto para aceptar al otro tal como es. Aceptar lo bueno y lo malo del otro. Y ahí es donde entra la valentía. Porque hay que ser muy valiente para querer también lo que no nos gusta. Requiere de mucho coraje ser sinceros y honestos. Primero con uno mismo y después con la persona que lo eligió a uno. Nuestro trabajo es hacer que esa persona que nos eligió nos siga eligiendo. Nada más."







Imposible agregar algo más. Disfrútenlo.

viernes, 24 de julio de 2015

Error invisible

Una persona que ha sufrido alguna vez el dolor del desamor me va a saber entender perfectamente. Uno no vuelve a ser el mismo. Es imposible. Y hasta cierto punto, es un alivio.
Hay una especie de ingenuidad que muere con el primer amor. Hay muchas cosas que no se vuelven a pensar, decir, hacer. Uno entiende con el tiempo que la eternidad no es tan tangible como a veces gustaría. En realidad, el primer amor termina. Y luego vienen otros amores, que no son ni iguales, ni peores, ni mejores. Son otros. Son diferentes. Son especiales a su modo. 
Me resulta curioso lo mal que pueden a veces terminar las relaciones. Pensar que al principio nunca imaginaríamos terminar sin volver a hablar con esa persona. Con una persona que pasábamos horas mirando, leyendo, besando, abrazando. Personas que hubiésemos querido mantener, pero que por alguna razón ya no están. Porque no quisieron, porque no pudieron, porque no tenía que ser así. La verdad es que no hay una razón que nos conforme, por lo menos en un primer momento. Es muy difícil acostumbrarse a la idea de que no estén, de que se hayan ido, o de haber decidido irse.
 Lo mágico que tiene la vida es justamente no saber cómo pueden terminar las cosas.
Pero, ¿cómo queda uno después de que una relación lo cambió tanto? Primero, no se vuelve a ser el mismo. Y esto no tiene que ser necesariamente algo negativo. La posibilidad del cambio te permite lograr cosas que en otro momento ni siquiera hubieses pensado. Pero evidentemente quedan heridas, dolores, espacios vacíos. Sin importar por qué se haya terminado, el hecho de que no haya funcionado evidencia una falla. Y es ese sentimiento el que causa malestar. No saber por qué, aunque lo quisimos de verdad, no funcionó. Hay algo que he aprendido recientemente. Es necesario entender que las cosas nos pueden salir mal aunque hayamos hecho todo bien. Suena ilógico. Se siente frustrante. Pero a veces, así es. A mí también me gustaría saber la razón, al menos para dejar en paz todos esos pensamientos que intentan explicar esa especie de error invisible. Pero no lo sé. No sé porqué sucede. 
Lo importante es que ese enigma no nos bloquee, que no nos impida seguir. Repito: la posibilidad siempre está. Pero con querer no alcanza. Hay que ir más allá. Darse la oportunidad. Intentarlo de verdad. 
Una cosa más, haber cambiado no sólo significa haber sufrido. También significa haber crecido, haber aprendido cosas nuevas. Haber errado te permite volver a intentarlo sabiendo qué cosas funcionan y cuales no. Y eso, es una ventaja. 
Todos esos miedos que acumulamos, y todos esos fantasmas que nos persiguen puede que se mantengan ocultos sin querer salir. Depende de nosotros enfrentarlos o alimentarlos. No dejemos que consuman nuestra fe. No carguemos en otro la tarea de rellenar huecos. A veces no es necesario completar todos los vacíos. Creo fervientemente que a veces, lo más sano es aprender a convivir con ellos.

lunes, 13 de julio de 2015

Superhéroe

Nunca creí que diría esto sobre una persona que quise,-que amé-, pero ahí va:
Estoy agradecida de que se haya ido. Estoy agradecida de que haya decidido no volver.

Es casi contradictorio. Si hubiese sido por mí tal vez hoy seguiríamos juntos, tal vez hoy no tendría la necesidad de estar escribiendo esto. Pero la realidad a veces supera cualquier deseo y aquí estoy, en un lugar donde jamás hubiese imaginado estar. Y me alegra que así sea. Me alegra poder estar aquí, sin él. A veces la vida nos tiene preparado circunstancias que no entendemos, que no nos gustan, que hacen tambalear todas nuestras estructuras. Pero tranquilos, nada es casualidad, nada pasa porque sí. No luchen contra algo que no depende de su voluntad, no se engañen sin necesidad. Cuando la vida te dice no, es porque algo mejor te espera en otro lugar.
Entendí que decir que una persona fue “lo mejor que me pasó en la vida” es autolimitarme. Es pensar que jamás encontraré algo que me llene, y las cosas no funcionan así. Soy joven, muy joven. Todavía no he vivido los suficientes años como para poder poner en la balanza todo lo bueno y lo malo que me haya pasado. Me queda mucho por pasar, por sufrir, por llorar. Y eso me llena de alegría.
Porque todavía tengo mil posibilidades, mil historias por vivir. No necesito compararlas, no necesito que sean iguales. Necesito experiencias nuevas. Uno nunca debería volver intentar repetir algo que ya vivió, es un desgaste energético sin ganancias. No se obtiene más que recuerdos truncos, modificados por elección, que jamás van a sentirse como la primera vez.
Hoy soy una persona totalmente distinta. Y mañana tampoco seré la misma. Soy versátil, volátil, cambiante, inestable. Y eso es lo mejor que tengo. Puedo ser mil cosas a la vez, puedo experimentar mil emociones, mutar todo el tiempo. Aprendí a crecer sola cuando no me quedó otra alternativa. Como le pasa a todos. Aprendí que no existe un alma salvadora, que uno mismo es su propio super héroe, que no depende del apoyo ajeno aunque es lindo saber que cuenta con alguien. Las etapas más difíciles de superar se asumen a partir de voluntad propia. Si la decisión no es tuya, el pozo se hace cada vez más profundo y oscuro. Es difícil, da mucho miedo. Da la impresión de que las cosas malas van a durar toda una eternidad. Y de repente te das cuenta que no es así, que un día todo deja de ser tan malo.  Que de a poco uno va saliendo adelante, porque nunca se dejó vencer.

He aprendido muchísimas cosas en este tiempo. He descubierto mi felicidad interna. Creo que nadie es capaz de robarme el amor que hoy siento por mi, por cada una de mis cicatrices. Soy todo lo que quiero ser, y si hay algo que no me complace depende de mí modificarlo. Tenemos más poder del que creemos. A veces nos subestimamos mucho, demasiado diría yo. Si todos fuésemos capaces de mirarnos al espejo con un poco más de cariño y orgullo, porque una dosis de orgullo por quién sos es lo más sano de este mundo, todo sería mejor. Y todo siempre puede ser mejor, que no te quepa la menor duda.