martes, 29 de noviembre de 2016

Perdiendo la fe

Estoy empezando a creer que el amor como yo lo concibo no existe. Hace ya un tiempo comprobé que no lo puede todo, que se necesita mucho más que cariño para mantener una relación. Recientemente también aprendí que la única manera de estar en equilibrio es no dejar que nadie te ame menos de lo que vos te amás a tí mismo. Pero actualmente nadie apuesta por nadie y los sentimientos han dejado de ser importantes, ¿qué queda para el amor? He empezado a perder la fe en las personas. Ya casi creo que nadie apostaría por nadie, que las palabras ya no valen, que lo que siento yo misma ha perdido sentido. No sé si quiero mantener una relación con alguien que no sabe querer. Pero lo peor de todo es que empiezo a creer que nadie quiere a nadie en realidad. Estamos en una época donde está de moda el desapego, el dejar ir. Nadie se arriesga a decir lo que siente porque tiene miedo de ser rechazado, o lo que es peor, porque no se animan a hacerse cargo. Me da mucha tristeza saber que es una realidad. Pensé que podría soportarlo, pero no. Ya no me dan ganas de seguir intentando. Al fin y al cabo, ya a nadie le importa ser feliz al lado de otra persona. Solo les importa pasar el rato, nadie planea un futuro en compañía. No me va a quedar otra que seguir, sin esperar que nadie me llene. Supongo que si quería lograr que dejara de esperar cosas de él, lo logró. Desde el principio intuí que no podía dejarme llevar por sus palabras, ya me había demostrado una vez que no permanecen durante mucho tiempo en pie sus propuestas. La duda es... ¿qué se supone que debo hacer? Alejarme, volver a distanciarme para reencontrarnos en otro momento? La última vez opté por esa decisión y míranos, otra vez volvimos a empezar. Lo peor de todo es que puede que él no me dé ni la mitad de lo que sé que merezco. Será que mi amor por él es más grande que eso? No lo sé. He empezado a dudarlo. Yo simplemente quisiera abrazarlo y besarlo, para mi no importaría nada más. Aunque en estos momentos no tengo necesidad alguna de tenerlo cerca. Supongo que necesito tiempo, distancia para aclarar mi cabeza. Cuando tenga algo que decirle lo haré, siempre fui así. Será que un amor tan de película no puede tener ni la más mínima posibilidad de existir en la realidad? Será que tengo una concepción totalmente errónea de lo que es el verdadero amor? Porque digo, se supone que cuando de verdad querés a alguien sólo te interesa el bienestar de esa persona, su bienestar y felicidad. Y a mi me importa. Además, desearía poder seguir viéndolo y riendo juntos como hacíamos hasta la semana pasada. Pero tengo la sensación de que todo ha vuelto a cambiar. Mi mundo se puso de cabeza y es como si todo se hubiese reiniciado de juego. Si estas son las reglas de juego, ¿no me queda otra más que seguirlas y jugar? ¿habrá otra salida? ¿será que al fin de cuentas me he empecinado en convertirlo en el amor de mi vida y no es más que un idiota, invalido sentimental que no es capaz de quererme? Estoy empezando a dudar de todas sus palabras, todas y cada una de ellas. Dice quererme, que soy demasiado buena, pero prefiere estar con cualquier otra persona. No puedo entender porque prefieren algo más fácil. Será de nuevo porque vivimos en esta era del descartaje humano, donde cuando la otra persona comienza a resultarnos complicada la dejamos a un lado y seguimos. Pero yo no soy complicada, soy mucho más simple de lo que él ha demostrado ser. Porque, además, no digo nada que no soy capaz de cumplir. Y él sí. Vive haciendo promesas porque cree que es eso lo que quiero oír. Se lo he dicho millones de veces, lo único que quiero de él es la verdad. ¿Y qué hay con ese sentimiento de sentirse atado? Nadie puede sentirse verdaderamente atado a menos que tenga miedo de arriesgar. La otra noche me dio la impresión de que tenía miedo de verdad, miedo a comprometerse del todo conmigo. Miedo a cagarla, miedo a mi. Pero no pude comprenderlo del todo. No sé qué tipo de reacción temía ver en mi. Sigo pensando que tiene concepciones mías que están muy alejadas de la realidad. Aunque, en todo caso, esos son mambos que debería resolver él mismo. Ya bastante complicó mi panorama con lo que me dijo. Sin embargo, me queda la sensación de que también logré hacer tambalear sus estructuras y eso es gratificante, muy gratificante. No puedo tener esperanzas de cambiarlo, soy consciente y sé que eso jamás sucederá. Pero sí sé que no voy a dejar que pase de mí así como así. No voy a dejar las cosas a medio hacer. Quiero que si esta vez terminan, sean definitivamente.

sábado, 26 de noviembre de 2016

No más

Voy a empezar por decir las cosas que no quiero. No quiero mendigar nada, ni atención ni comprensión. No quiero pedirle que se quede. No quiero porque eso significa una sóla cosa: que ya se fue. Tampoco quiero seguir esperando, me molesta esta angustia. Si al final de cuentas, yo no hice nada malo, no debería sentirme culpable. Y si no me quieren mejor que no estén. La peor parte se la lleva el otro, porque está perdiendo una persona que lo daría todo por él. No sé si no les importa  o no se dan cuenta. De verdad. El amor nace, pero para que crezca hay que cuidarlo. Se construye, como todos los vínculos humanos. Hay que dedicarle tiempo, paciencia, comprensión, pasión, alegría, anhelos, deseos. Si digo la verdad, no quiero que él se aleje. Esperé muchísimo tiempo para verlo volver y no quiero volver a perderlo. Lo amo, muchísimo. Y siento que en verdad podría esperar la vida entera si fuese necesario. Pero que sea consciente de las cosas, tampoco puedo desperdiciar mi tiempo esperando por alguien que no quiere o no sabe como quedarse. Sé que soy una persona con muchos mambos, pero valgo cada uno de ellos y más. Soy sincera, expresiva, empática, cariñosa, enojona, renegada, etc. A veces me frustro demasiado y no sé decir con palabras lo que me pasa. Siento mucho las cosas, hasta diría que mis emociones son mucho más fuertes que las de los demás. A veces, eso es muy difícil de controlar. Pero lo intento. Intento cada día amaestrar mis miedos, disciplinarlos, para que no me hagan repetir errores. Por eso creo que esta vez no quiero dejarlo así. Quiero hablar, aunque sea para decir lo que yo quiero. La última vez dejé que todo se dilatara, que pasara sin hacer absolutamente nada. Esta vez no me voy a quedar de brazos cruzados viendo como lo que quiero se me escapa. No más.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Tranquila

Tenés que tenerte paciencia. Mucha más paciencia. A vos y al resto. Primero porque necesitas darte tiempo y espacio para procesar lo que te pasa, y segundo porque tenés que entender que no podes tener todo ya y que el mundo no tiene la misma reacción ni velocidad de procesamiento que vos. Deja de acelerarte y crear películas en tu cabeza. Los fantasmas del pasado que ves son sólo tus creaciones mentales. El miedo que tenes los crea, los alimenta. ¿En qué momento dejaste que la ansiedad te ganara y tiraste al vacío tu estabilidad emocional? Tranquila nena, nada malo ha pasado. Y si pasa, vas a encontrar la manera de solucionarlo. No te adelantes a los problemas, no busques respuestas sin sentido. Recuerda quién sos, lo que vales. Sos inmensa y la gente que te rodea está ahí porque sabe eso, no por otra cosa. Nadie se queda demasiado tiempo donde no quiere estar. Y si te das cuenta que alguien se va es porque no quería estar allí.Y no tiene nada de malo. Tenes que aprender a aceptar las cosas, como tengan que ser. No te heches la culpa. Vales oro. Vales cada uno de tus mambos y mucho más. No te niegues, no pienses que no mereces amor. Mereces muchísimo cariño nena, muchísimo. Y lo recibis constantemente. Aprendé a mirar, a percibir y te vas a dar cuenta que estás rodeada de seres que te aman y que se van a quedar hasta el fin con vos. Vales todo, lo bueno y lo malo. No te niegues, dejate querer. Deja de pensar que es demasiado dificil quererte, que sos inentendible, que no podes. Es todo lo contrario. No tengas miedo a entregarte. Dalo todo que para eso lo tenés. Dalo todo sin importar nada. Dalo porque te hace bien a vos, por vos y par vos.
Pero de nuevo, ni siquiera sabes si se va a ir, si se va a quedar, si vas a seguir sintiendo tanto amor. Relájate. Disfrutá. No te angusties criticándote demasiado. A veces sos demasiado exigente con vos misma. Recordate que has sufrido mucho, que a veces los miedos están ahí para recordarnos también lo fuertes que somos, lo mucho que hemos enfrentado. Tranquila Mica, vas a estar bien. Estás bien. Pensá en todas las cosas que te hacen feliz. Pensá que estás haciendo lo que querés, que estás donde querés estar y con quien querés estar. No olvides tus prioridades. Deja que la pasión crezca, que los sentimientos fluyan, que nada se estanque. Permitite llorar cuando lo sientas pero no te enrosques demasiado con los malos sentimientos. Tu ansiedad te hace hacer cosas que te llevan a aumentar esas inseguridades y empeora tu estado de ánimo. Respirá. Pensá en cosas buenas. Pensá en lo que tenés. Pensá en quién sos. Sabés lo fuerte que sos? Tenes idea de lo que has logrado crecer en estos años? Me parece que ni siquiera tenes dimensión de lo madura que estás ahora. Amar implica riesgos, claro que sí. Muchos. Pero lo valen y vos lo sabes bien. No importa ganar o perder, importa vivir amando. Y tenés que estar orgullosa de haberte animado a intentarlo una vez más. De nuevo, no importa el resultado. Importa lo feliz que sos sintiendo amor. Quedate con eso, guardalo en tu corazón y cuidalo mucho, no todo el mundo tiene la suerte de sentirlo.