"He tenido tiempo para acostumbrarme. Para no echar de menos sus abrazos, ni el olor de su coche, ni sus cosquillas, ni su voz al decirme ‘te quiero’. He tenido tiempo para verle con ella mil veces, porque ambos se han encargado de que los vea juntos demasiadas veces. He tenido tiempo de convencerme de que merezco algo mejor. He tenido tiempo de conocer a otros chicos.
Entonces, ¿por qué? ¿por qué sigue doliendo?"
Simplemente lo leí, y no pude evitar derramar algunas lágrimas. De esto deduzco que el acostumbramiento y la aceptación son cosas totalmente distintas. Obviamente, aún no me resigno, aún no me doy por vencida. Y estoy orgullosa de ser del tipo de persona que no se rinde sin luchar hasta al final, pero pelear durante tanto tiempo por algo que no depende de mi es un acto que consume, que desgasta. Ninguno de los dos extremos es el camino correcto. Pero la única manera de descubrir la respuesta es seguir caminando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario