martes, 24 de marzo de 2015

Días de lluvia

Es impresionante, e incluso frustrante, lo nostálgica que me ponen los días de lluvia.
Soy muy consciente de cual es la razón. Los días de lluvia que pasé con vos. La primera vez que nos vimos, la primera vez que estuvimos juntos, nuestro primer beso bajo la lluvia, nuestro último reencuentro. En todas esas oportunidades llovía, con mayor o menor fuerza, pero llovía.
¿Será que la lluvia siempre te traerá a mi mente? Yo diría que ya tengo suficiente con soñarte de vez en cuando, con parafrasear sin querer tus dichos y con imitarte sin darme cuenta. Pero al parecer no es así.
Qué desgastante es esperar que vuelvas. Qué desgastante es tener esperanzas de que lo hagas. ¿Cómo terminar con esto? ¿Cómo aceptar que si te fuiste es porque definitivamente no pensabas en volver? No importa el hecho de que hubiera intentado cualquier cosa con tal de que te quedaras, no importa que te llore cada mes, no importa nada de eso. El día que me dijiste que ya no querías estar conmigo ya estabas demasiado lejos como para alcanzarte. 
Sé que tendría que dejarte ir. ¿Qué más puedo hacer? Por eso voy a hacerte una promesa, aunque no puedas escucharla, aunque tal vez ni siquiera importe ahora. Prometo no volver a buscarte. Prometo seguir adelante. 
Pero desgraciadamente, eso es lo único que puedo prometer. Ni siquiera sé qué puede llegar a pasar. Si volveré a soñarte o a pensarte, si dejaré de ponerme nostálgica los días de lluvia. Sólo prometo no hacer ningún intento por correr a tus brazos. Aunque en el fondo me muera de ganas. Tal vez el tiempo haga lo suyo y logre olvidar cómo se sentía. 
No voy a volver. Es eso lo que querías desde un principio, ¿verdad? Querías hacer tu camino lejos de mi. Tal vez un día, cuando sea más sabia, lo entienda. Por el momento, me queda vivir desgastando tu recuerdo hasta que se vuelva costumbre y ya no duela. Qué desperdicio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario