sábado, 3 de diciembre de 2016

Seguir apostando

Que el amor debería valer la alegría y no la pena es una frase que he escuchado hasta al hartazgo. Me encantaría decir que es verdad, que así debería ser. Pero actualmente muchas cosas me han hecho dudar de este supuesto. ¿Son las personas o es el amor el que no funciona? ¿Será que somos nosotros quienes echamos a perder lo lindo de ese sentimiento?
Me debatí toda la semana acerca de si quiero estar cerca de alguien que no me quiere de la misma manera que quiero yo. Me pregunté si no estaba perdiendo el tiempo, esperando algo que nunca iba a cambiar. Después de mucho pensar me di cuenta de que no puedo preocuparme por algo que está fuera de mi alcance. Digo, lo que siente el otro es problema del otro y yo no puedo hacer nada para que sienta algo por mi.
Hay una frase que retumba en mi cabeza: "nada me llena". Para mi no significa más que una cosa, que quien se siente así está vacío por dentro. Y es imposible que alguien más te complete. Desde que he resuelto todas estas ideas en mi cabeza me siento un poco más ligera. Entendí que lo que en realidad importa es lo que yo doy. El resto importa poco. Y por lo menos, yo sé que siempre fui sincera conmigo misma y que me arriesgué. Más allá del resultado, más allá del otro. Hay que seguir apostando. Porque siempre gana el que da más, no el que no sabe recibir. Y siempre seré la más beneficiada, porque amo amar y doy todo por las personas que quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario